La generación
espontánea es la hipótesis que
dice que los seres vivientes se pueden originar de materia no viviente. Aristóteles
creía en la abiogénesis, que es otro nombre para la generación espontánea.
Una observación superficial indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, ratones del trigo, etc. Así, la idea de que la vida se estaba originando continuamente a partir de esos restos de materia orgánica se estableció en la ciencia.
Una observación superficial indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne podrida, ratones del trigo, etc. Así, la idea de que la vida se estaba originando continuamente a partir de esos restos de materia orgánica se estableció en la ciencia.
El experimento de Redi
Con estas simples experiencias, Redi demostró que las larvas de la carne
putrefacta se desarrollaban de huevos de moscas y no por una transformación de
la carne, como afirmaban los partidarios de la abiogénesis. Los resultados de
Redi fortalecieron la biogénesis ,
teoría que sostiene que el origen de un
ser vivo solamente se produce a partir de otro ser vivo.
El experimento de Lazzaro Spallanzani
La discusión continuo, en el siglo XVIII por John
Needham (1713-1781) y Lázaro Spallanzani (1729-1799). Cada uno de ellos cocinó
un pedazo de carne y luego los aislaron del contacto con las moscas. Needham
observó que en el suyo aparecieron las larvas y lo consideró la constatación de
la abiogénesis.
Spallanzani repitió el experimento pero mantuvo la ebullición durante más tiempo y el resultado fue que no se presentó ninguna cría del insecto. Demostró que no existe la generación espontánea de la vida, abriendo camino a Pasteur.
Spallanzani repitió el experimento pero mantuvo la ebullición durante más tiempo y el resultado fue que no se presentó ninguna cría del insecto. Demostró que no existe la generación espontánea de la vida, abriendo camino a Pasteur.
El experimento de Pasteur
Louis Pasteur (1822-1895), puso fin
a la controversia. Pasteur había demostrado que hay microorganismos en las
partículas de polvo. Decidió probar la teoría de la generación espontánea.
Empezó colocando caldo en varios frascos. Después, calentó los cuellos de
algunos de los frascos y les dio la forma del cuello de cisne. El resto de los
frascos tenían los cuellos derechos. Entonces, Pasteur hirvió el caldo de todos
los frascos. Los frascos con cuellos derechos fueron expuestos al aire y
sellados después. Los microorganismos crecieron solamente en los frascos con el
cuello derecho.
La
forma del cuello de cisne en algunos de los frascos permitía que
entrara el aire. Pero las partículas de polvo se quedaban en las partes de
abajo de los cuellos. Al no generarse microorganismos en estos frascos Pasteur
llegó a la conclusión de que la generación de microorganismos dependía
directamente de la contaminación por los microorganismos de las partículas de
polvo que hay en el aire. El trabajo de Pasteur confirmó la teoría de la
biogénesis.
Gracias a Pasteur, la idea de la generación
espontánea fue desterrada del pensamiento científico y a partir de entonces se
aceptó de forma general el principio que decía que todo ser vivo procede de otro
ser vivo.
Entonces, volvieron las dudas. ¿Cómo se había generado la vida, si no
valía la creación divina, ni la generación espontánea?
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